miércoles, 29 de julio de 2015

Rendimiento o vencimiento

Otamendi
Hace mucho tiempo que decidí abandonar el campo de la idolatración futbolística, porque ya sabemos en Valenciastán que eso no conduce a nada. De hecho, de hacerlo, sería a la decepción y frustración más profunda. Quizás con Roberto, o años más adelante con Mijatovic, o con Penev entre ambos, pero, ya fuera en los ochenta o en los noventa, aprendí que el hecho de que uno de tus ídolos futboleros abandone el barco blanquinegro supone (o me suponía, quiero decir) uno de los golpes más certeros contra el alma. Al final, la conclusión, es que el futbolista es un mal necesario en el fútbol. Ellos componen los equipos. Eso no ofrece debate y hay que aceptarlo como tal.

Por eso es mejor tener claro que hoy están, pero mañana no se sabe. Actualmente podemos empezar a contar de nuevo con esos heroes que alimentan nuestra ilusión de cara al inicio de temporada, y digo "de nuevo" porque aquello pareció perderse, cual azucarillo diluyéndose, año tras año, con las interminables ventas de la época de Lolo. Hoy contamos con jugadores de nivel que pueden ir ocupando lugares en nuestro corazón y que son susceptibles de dañarnos cruelmente en caso de marcha repentina, o cocida a fuego lento, como Otamendi.

El rendimiento es lo que marca todo. Si el jugador rinde, puede acabar en ídolo. Si no rinde, es despedible. Y así. El famoso valor de mercado es muy relativo siempre, la revalorización o no depende del rendimiento. Eso es así. Y lo que hace un año o dos podía valer 30M ahora puede no valer siquiera 10, como Negredo. Ren-di-mien-to. Mires como mires la fórmula todo acaba en lo mismo. El portero a parar, el defensa a defender, el delantero a marcar y el medio a defender y atacar.

A mí, que Otamendi se vaya hace tiempo que no me preocupa. Querría que se quedara porque es un gran jugador que rindió muy satisfactoriamente en la temporada pasada, y porque mostró una actitud y un caracter que enamoraba en Valencia. El hecho de adoptarlo como ídolo, una vez mostrado su rendimiento, hace que quedemos totalmente vulnerables al sentimiento de traición en caso de que (como en su caso) dejara claro que su intención es no seguir en Mestalla. Por eso no entro a debatir en si debe o no debe pedir perdón, o si es necesario no perdonarle nunca su declaración de intenciones cediendo (primero) la palabra a su representante, y avalándolo (después) con la suya propia. Su mejor manera de disculparse es quedándose y seguir teniendo el mismo nivel de rendimiento que en la 14-15. Lo demás, sinceramente, son adornos.

Estoy convencido de que cumplirá de manera profesional, y más viendo imágenes de estos días que lo corroboran, aunque a todos nos serviría de bálsamo emocional el hacer una rueda de prensa y pedir explícitamente perdón a todo el valencianismo. Pero la heroicidad se la ganan con el rendimiento en el campo, y es ahí donde importa realmente que las cosas las haga bien. El tiempo lo cura todo.
"El Tiburón" es otro caso muy diferente. Totalmente a la inversa. No ha rendido, y no se quiere ir. Para mí Negredo nunca fue un delantero de los de tener en cuenta como referencia mundial. Sigo anclado en aquel "de aquí a Lima" de Unai comparando a Soldado con el de Vallecas, y para ser sincero, cuando el año pasado se hablaba de "la bomba" esperaba otra cosa. Siempre me pareció que 30M por Negredo podría ser muy caro, pero si al final llegaban los goles el coste habría valido la pena. Me aferraba a todos aquellos que aseguraban que el fichaje in-extremis era realmente la bomba que queríamos. A veces me creo que no sé nada de fútbol. Está claro que no fue así, y aunque esos 30 "kilos" no se empiezan a pagar hasta ahora, cualquiera diría que lo de Álvaro es de tener fecha de vencimiento por falta de rendimiento.

A la pregunta de qué haría con él, me podría el sentimentalismo. No conseguiría esquivar el "amor de padre" (haciendo al futbolista como un hijo propio). Siendo realista, ante tal inversión, o aseguras una venta por la misma cantidad o te resignas a aceptar que no te salió rentable. Además, debes buscar reemplazo que ronden esas cantidades, y te puede volver a salir rana. Quién sabe. Eso nunca se sabe. Pero al final, si criticamos a uno debemos darle valor al otro, y Negredo es consciente de su bajo rendimiento pero no quiere darse por vencido y quiere triunfar aquí. Quiero creer que este año, como por ejemplo con Rodrigo Moreno, va a explotar y va a rendir, y solo por el hecho de querer resarcirse merece mi deseo a que se quede y que haga 25 goles.

Y hablando de ídolos,  me hacen gracia aquellos que también tuvieron un gran rendimiento durante años en Valencia pero que al dar por finalizada su carrera futbolística comenzaron con otra de "charlatanería" absurda, gratuita y caprichosa. Éstos que, al no estar pillando cacho del Valencia tras su fecha de vencimiento, por hache o por be, malmeten sin sentido y sin argumento. Si por el rendimiento de Nicolás todo es justificable, incluida su incuestionable falta de respeto al club que le paga y a la afición que lo venera, no podemos ahora estar criticando supuestas e imaginarias confabulaciones contra Negredo cuando el nivel mostrado no ha sido el mínimo exigible.
A Cañizares, y a todos aquellos subidos al mismo barco de la histeria anti-institucional valencianista que les invade en la sangre desde su jubilación, les pido por favor que no nos aburran más con sus innecesarias opiniones sobre el Valencia. Ese escudo, que tan dignamente defendieron sobre el cesped, ahora les queda muy grande para su incapacitada boca.    

Óscar
@HinchaVCF
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viernes, 17 de julio de 2015

Nico, lo tienes jodido

Otamendi
Ya lo comenté hace dos semanas, en el pequeño homenaje que me permití el lujo de hacerle a Amadeo Salvo poco después de su despedida; este hombre me conquistó como Presidente el día que dijo que el club no tenía intención de vender a Soldado, y que "ahora" el jugador que quisiera irse unilateralmente tendría que pagar su cláusula sin más. Que el Valencia ya no sería vendedor. Que las cosas habían cambiado y que quien tomara a este club como un cambalache se iría con el rabo entre las piernas. Fue así. Tal cual. 

Es nueva filosofía de club desde 2013. Adiós a las ventas de saldo, con (vete tú a saber cuántas) comisiones entre amigotes bajo cuerda, de estómagos agradecidos y extintos corruptos vividores del Valencia. Eso se acabó, afortunadamente. Y aunque algunos se empeñen en negar el pan y la sal (precisamente interesados personajes en seguir chupando del bote), cosas como ésta son las que a día de hoy hacen que nuestro VCF sea un club un poco más sano y liberado de ratas y buitres. Es por ello que me molesta sobremanera estos periodistas, que más que ello son opinadores públicos que aprovechan micros de radio y cámaras de TV para decir nosécuántas sandeces, y revivir y avivar polémicas caducas y sin sentido. El exceso de tinta al final acaba empapando el papel, y se rompe. 

Porque no es de recibo que sigamos buscando la incógnita de si Otamendi valdrá o no los 50 millones para que pueda salir. Lo dejó bien claro Salvo a su llegada a Estados Unidos, en su nombre, en el del Consejo de Administración y en el propio nombre de Lim. Y no contentos con eso, algunos aún lo preguntaban en la rueda de prensa, con una clara, tajante y contundente respuesta de la (ahora completamente) Presidenta: "Fifty millions". ¿No es suficiente para tener claro que este jugador no se quiere vender, y que como tal la política del club es exigir hasta el último céntimo de su cláusula de rescisión tal cual marca su contrato, que firmó aceptando el jugador? Ya será momento de cuestionar si cumplen o no en el momento de que se actúe de una manera u otra, pero mientras no se vaya el jugador la cosa está clara para mí: la palabra en su día de Salvo o la actual de Layhoon son más que suficientes para creer que no nos bajaremos del burro y el precio es innegociable. 

Y hablando del contratos se me viene a la cabeza el "zasca" de D. Amadeo desde USA al agente, (que no eligió otro sitio para soltarlas que donde los del micro amarillo; qué casualidad) y que le vino a decir que infravalorar a su propio cliente no era una buena estrategia. Efectivamente, los 50 millones están firmados con su conformidad, y si realmente piensa que están fuera de mercado: 1-que no lo hubiera firmado, 2-su jugador no es tan valioso y no estará tan en condición de exigir. Podríamos dar muchas vueltas al análisis de lo que fue aquella noche de "raje" del Sr. López, pero al final lo que cuenta es que su representado ha manifestado públicamente en dos ocasiones que se quiere ir (condición impuesta por el Valencia) y ahora solo falta que traiga la cantidad indicada por contrato. 

Si te pones a mirar la temporada de Nicolás es incuestionablemente de sobresaliente. Dimos la razón a todos aquellos que en enero de 2014 decían haberle visto jugar y afirmaban que habíamos fichado a un Ayala en toda regla; fuerte, contundente, aguerrido, con carácter, peleón, incluso con gol. Casi diría sin dudar que fue el gran fichaje para la 14-15 (independientemente de cuánto costó y de quién iba a pagarlo). El futbolista de mayor rendimiento de toda la plantilla. La causa, o causas, que hayan hecho desear irse se me escapan sin mirar a lo meramente económico, algo que se me hace demasiado trivial para este caso. Quizás se consideró menospreciado cuando no pudo venir a principios del año pasado, por el problema del pasaporte no comunitario. De ser así supongo que su idea sería desde un principio el venir, rendir bien, y ganarse una buena oferta para salir. Ni idea. Me niego a pensar que simplemente una cuestión salarial hace que ni siquiera quiera pisar la ciudad de vuelta. 

En todo caso la situación es muy clara, por lo menos para mí. Él se quiere ir, está claro, y solo por ello ya merecería desprecio eterno. Pero considero que aun no hemos llegado a ese umbral de odio irremediable, y se puede llegar a una reconciliación que, desde mi punto de vista, no dejaría de ser beneficioso para el Valencia. No nos engañemos y nos ceguemos por el rencor; Otamendi es un jugador de gran valor dentro del equipo, fundamental para Nuno, y que aún estamos a tiempo de recuperar. Y no hay más que acordarnos del caso Ayala, tantas veces clamando al cielo por su prometido aumento de sueldo y que nunca llegaba, hasta que llegó a amenazar con declararse en rebeldía para salir y poder fichar por el Real Madrid (¡el Real Madrid!). Al final todo quedó en nada y Fabian ganó Liga y Uefa en 2004 con nosotros. Todos contentos y felices. 

Si es cuestión de dinero, nos sentamos y lo intentamos arreglar. Si es cuestión de que la persona no es feliz en Valencia, tiene problemas de deudas con la mafia o de relaciones personales y/o sentimentales (lío de faldas, vamos), pues que lo diga y se acabó. De en lo que todos estamos de acuerdo es que las formas no han sido las idóneas como para que después no tenga más remedio que quedarse. Si finalmente nadie viene a pagar los 50 millones y el jugador insiste en querer marchar y se niega a entrenar/jugar, debe chupar banquillo. Es más, aplicaría castigo ejemplar. Para los partidos en Mestalla, los no convocados están obligados asistir (excepto aquellos lesionados que estén en periodo ineludible de reposo), pero para las salidas solo viajan los convocados. Yo a Otamendi le convocaba, sí o sí, siempre, llevando a uno más de los permitidos, para así siempre poder hacer un descarte. Él. 

¿No quieres jugar?, tranquilo. No jugarás. Pero no será de rositas. El respeto al escudo del club que (todavía) le paga debe ser innegociable. Por todos y cada uno de los empleados del Valencia CF, pero de los jugadores más aún, ya que son la máxima representación pública e imagen directa de esta institución. Y así todo yo confío en arreglar las cosas para que se quede, porque sigo pensando que (a día de hoy) lo mejor para nosotros es que se quede en Valencia, y porque (para qué negarlo) es muy complicado que alguien venga con 50 kilos para pagar su libertad. Es mucha pasta. Así que, Nico, colega, lo tienes jodido.

Óscar
@HinchaVCF

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viernes, 10 de julio de 2015

Ser o no Ser

Ser o no Ser
Llama la atención el entorno periodístico en Valencia, el irónicamente llamado "gremio", y cómo se puede comparar con los medios de ámbito nacional. Es difícil hacer un análisis a tan peculiar rechazo obtenido hacia éstos por la afición blanquinegra y como, en la mayoría más ruidosa, queda reducida a una mínima aceptación hacia contados profesionales que comparten sentimiento e información valencianista a la par.

Es incuestionable la animadversión que provocan los comunicadores provenientes de zonas tan estratégicas como Madrid y Barcelona. Pero son éstos primeros los que con mayor crueldad campan a sus anchas con el beneplácito y apoyo manipulado e interesado, generando asco y rechazo global. No hace falta enumerar al clan de Florentino, a los boletines oficiales de la meseta. Solo oirlos, verlos o leerlos, se antoja como una labor de auténtica y heroica supervivencia. 

Sin duda el proceso de venta del Valencia CF ha dejado, cual Tsunami a su paso, a muchos periodistas tocados y heridos, en el punto de mira, sin caretas, mostrando sus vendidas vergüenzas. Muchos de ellos dirigidos por sus jefes "centrales". Obligados algunos, supongo, pero otros encantados de bailar al son de una melodía que rápidamente hizo ver al personal que la cosa no iba con ellos de sentimientos, sino de intereses. Contrarios a los del VCF, y eso sí que es para hacérselo mirar. Porque que un profesional de la información sea dentro de su ámbito privado de un equipo u otro es legítimo, pero que con noticias manipuladas provoque convulsión en el entorno del club, lanzadas precisamente con ese fin, el de desestabilizar al Valencia, no es de ser profesional, es de ser malparido. 

En 2014, y durante la interminable venta, muchos iban mareados, sin saber por dónde mirar ni a dónde ir, porque simplemente no la olían. Otros, y desde un principio muy claro, fueron a tirar dardos envenenados, y daba igual si la noticia contaba de una solidez fehaciente como para pensar que la noticia era la que era, aunque no gustara. Hasta hacía bien poco andaban como Pedro por su casa, entraban sin llamar, hacían y deshacían a su antojo, y aquel chollo se acabó con la entrada de Salvo. Sí, el malvado señor que no quiso contestar un whatsapp. El de las llaves. El que dijo "por encima de mi cadáver". 

Todo lo que estaba (y está) detrás del micrófono amarillo viene con tal carga de intoxicación que es complicado no verlas venir de lejos. Angustiosa fue la famosa entrevista al "Caudillo", curiosamente desde Madrid por el gran jefe. Otro que sí podría autoproclamarse, sin miedo a que nadie se escandalizara, como un verdadero Caudillo. El ínclito, que criticaba las supuestas formas autoritarias y despectivas del gran José María García (para mí El Periodista, en mayúsculas, y el espejo que deberían usar los jóvenes que quieren ejercer esta maravillosa profesión). Mientras uno preguntaba, su escudero se escondía, como hace siempre. El murciano no aparece en ninguna rueda de prensa, y prefiere siempre enviar a sus lacayos para que reciban los golpes que inevitablemente tiene que recibir en cada comparecencia. No es de extrañar el grito de "s'amaga", ganado a pulso y constancia. 

Las llaves Amadeo, las llaves. Creo que le faltó decir alguna vez (no sé si lo llegó a hacer) lo de "váyase, señor Salvo, váyase". Claro, como ahora tiene que llamar a la puerta para entrar, y no le abren... Los de antes filtraban exclusivas a cambio de darles buena imagen. Quid pro Quo. Ahora todo ha cambiado. Deben pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor, aunque se tuvieran que dar noticias tan tristes como las de las ventas de estrellas a precios de saldo. Eso no importaba porque todo estaba justificado. Ahora se lleva más el "quién paga a éste" o reirnos de las organizaciones en favor de la mujer. Lástimosamente todo vale, y para algunos está justificado.

Recuerdo cuando Diego López hace años le dio por seguirme en Twitter. ¡Alguien de la Cadena Ser! Debí parecerle interesante, pensé, pero poco después aprendí que muchos periodistas de aquí seguían a los aficionados para conocer más de cerca el sentir general en cuanto a las noticias referentes al Valencia. Algo que, por cierto, me parece genial. Es sorprendente, pero gratificante y satisfactorio, tener el nivel de interacción entre aficionados y periodistas. Pero luego ves como van cayendo como moscas, por su propio peso, con argumentos tan poco consistentes como absurdos. Los del micro amarillo tienen mucho de absurdo. Creo que quedará para la eternidad el tweet de El Larguero donde nos "íbamos" hasta Valencia para informarnos que no había oferta de Peter Lim.

Siempre recordaré la noche en la que habría una batalla entre Morata y Cotino, cada uno desde su emisora y con sus respectivos jefes que estaban enfrentados, por la posible destitución de Ranieri. El bueno de Nacho, otro al que algún oscuro interés en 2014 me ha hecho ver cómo caía el mito al suelo, mantenía junto con García que Pedro Cortés no se atrevería a echar al técnico italiano. Morata, autoconvencido de su mentira, aseguraba que mataban al entrenador. Era cierto que al Presidente de entonces le cegaban las ganas de cargarse al entrenador que trajo Roig, pero (y tal y como decía el de la Cope) no tenía apoyo en el Consejo como para perpetrar su antojo. El final lo sabéis, y para mí aquello desacreditó de por vida al marciano. 

Siento lástima por Guaita. Me caía bien en Radio 9, me parecía un tío valencianista, sencillo, con buena pinta detrás del micrófono. Lo quise oír alguna vez al poco de fichar por la SER, pero me di cuenta de aquel "valencianet" había quedado en nada tras su marcha de la pública. Demasiado títere. La venta dejó a muchos por el camino para mí, totalmente inhabilitados éticamente como para poder darles un mínimo de confianza en su día a día. Ojalá, todos aquellos que los oyen por el mero hecho de estar al tanto de sus bilis, algún día lo dejen de hacer, y provoquen el fin de una audiencia que involuntariamente les paga el sueldo. Me quedo con mis "amigos" Héctor Gómez, Carlos Bosch o Pascu Calabuig. Valencianistas, profesionales, constantes y honestos. Cercanos y fiables, con tan mala leche como buena intención. Del resto poco más. Los monchitos de las ondas seguirán viviendo de su malmeter. Qué pena, qué lástima.


Óscar

@HinchaVCF


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viernes, 3 de julio de 2015

Salvo: la historia del guerrero

Amadeo Salvo
Durante mi letargo como columnista en Ciberche, en estos más de tres años, han pasado muchísimas cosas en torno al Valencia CF. Comencé la hibernación en el momento en que terminé por entender que con Emery se había terminado un ciclo, debido al desesperante y afligido conformismo de los que vitoreaban orgullosos el perenne tercer puesto, sin pena ni gloria, y acompañado por deprimentes torneos del KO, que nada hacían recordar nuestro pasado "bronco y copero". Aquellas últimas jornadas futbolísticas de la 2011-2012 en el que el de Hondarribia puso punto y final a su periplo por Mestalla. 

Pellegrino era el entrenador de la renovación, que comenzó una etapa de claros signos de vestuario podrido y acomodado por falsas estrellas a las que engañaban y se autoengañaban, pidiendo el oro y el moro en cada caso de renovación. Valverde trazó un camino de esperanza para recuperar una senda prácticamente perdida a mitad de temporada, con unos jugadores más motivados y cercanos a su nuevo jefe, al cual cerraron filas y casi le dan la razón si no fuera por la cagada de Sevilla. 

Fue poco antes de esa última batalla liguera, con un entrenador que en la previa ya les dijo a sus soldados que no seguiría, cuando en el club colocaron a un desconocido Salvo, de nombre Amadeo. Alguien que en principio venía a calentar sillón temporalmente, mientras se ultimaban los detalles de una quiebra inapelable, que bien podría acabar con la muerte de la institución. Para mí esta persona no era nadie, y no sería nadie, hasta que Soldado quiso mostrarnos el carácter de quien sería el salvador del club. "Si tuviera 400 millones no los invertiría en el VCF, porque sería a fondo perdido". La respuesta del Presidente me enamoró: "si se quiere ir, son 30 millones". Cuánto anhelaba a un máximo mandatario en el Valencia que exigiera la cláusula de rescisión en su totalidad. Sin titubeos. Acostumbrados resignadamente a malvender estrellas bajo el régimen "Lolo". Aquello fue el signo del cambio. Y lo "pusieron" ahí. Y cambió el sino de un club que estaba destinado a perecer bajo las garras de la casta, la caspa, los corruptos y vividores tóxicos que pululaban por aquel entonces como Pedro por su casa sin que nadie les hiciera frente. 

A Salvo lo de no convencer a Valverde para que continuara con su proyecto no le preocupaba, su plan era traer a Djukic, reclamado por la afición en detrimento de "El Flaco" un año antes, y por el que la mayoría nos congratulamos al confirmar la noticia de su contratación. La lástima es que antes se debía desinfectar el vestuario, enquistado problema sin resolver, y que se certificó con un primer enfrentamiento con el serbio en pretemporada al finalizar un entrenamiento cuando obligó a los jugadores a volver al hotel en bicicleta. Eso fue, sin saberlo, una primera pedrada del entrenador, culminada con la famosa rajada en Montjuic. Aquello sí fue el harakiri y la crónica de una muerte anunciada, a pesar de los intentos de frenada de cese mandados por Salvo. Éste no pudo evitar por enésima vez, poco antes de las navidades, que imperara el sentido común. 

Amadeo estaba convencido de que la culpa era la falta de profesionalidad de los futbolistas, encarcelados en sus incomprensibles egos de estrella malcriada que algunos se habían empeñado creerse. Y entre los cambios en la dirección deportiva y el banquillo llegaba el gran reto por el que Salvo se convertiría en héroe del valencianismo. Para muchos. Quizás para la mayoría. Para otros, el autor de que ya no pudieran ningunear dentro del entorno. El verdugo de Joma, antes de tiempo, para dar nacimiento al binomio VCF-Adidas, y acrecentar las posibilidades comerciales con una marca de primer nivel mundial vistiendo al equipo. Recogió el guante del acreedor que quiso actuar como dueño amparado en unos exdirigentes corruptos, vividores y cómplices de contratos y acuerdos que servían para ellos, pero no para el club. 

La refinanciación fallida dio paso a una guerra iniciada por la asamblea de las cartulinas, la que fue la gran pose de líder de Amadeo ante el mundo. El "aquí estoy, seguidme y venceremos", el "no pasarán". El proceso de venta fue un proceso de desgaste y angustias que llevó a la afición a salir a la calle espoleados por un Salvo que clamaba por la salvación del Valencia a través de la mejor oferta habida, la de Lim, quien supo quedarse al lado de quien tenía a la masa social de su lado. Árabes, rusos, americanos, Cerberus, Albeldas, Carbonis, y demás interesados (y posiblemente también engañados por los falsos compradores que en realidad nunca llegaron a existir como tales) acabaron sucumbiendo ante una Alianza formada por Salvo y Aurelio Martinez. Murieron ante la solidez del frente común del VCF y la Fundación, apoyada por los aficionados que solo veían en el grupo de Lim como la única manera para que el club no desapareciera. 

"Es muy difícil vencer a quien nunca se rinde" se erigió como el grito de guerra contra Bankia (convertido en enemigo principal de la trama) y resto de oposición en la carrera por el ansiado poder en forma de dueño. Por el camino quedaron infinitas noticias de dudosa credibilidad para poner en entredicho la fiabilidad del plan de los de Singapur. El chino no ponía ni uno, y su oferta estaba escrita en una servilleta, decían. El incansable "Guerrero" Amadeo no cejaba en su empeño de amarrar el sueño de Peter con hacerse con las riendas del VCF entre viaje y viaje a Asia, y quitarle de la cabeza sus volátiles pensamientos de abandono. La presión de algunos medios y diversos ambientes tóxicos generaban tal incertidumbre que solo los ases de Salvo conseguían revertir situaciones casi dramáticas que insinuaban la rendición. Ni las dos votaciones, con resultado aplastante a favor de Meriton, daban tranquilidad, y casi cada día aparecía una noticia contra el cierre de la venta. Y aún así, los de Singapur hacían guiños en forma de cesiones de jugadores que aumentaban el nivel de la plantilla. 

Y comenzada la temporada, con el equipo siempre en la lucha por el objetivo (por encima incluso de las expectativas iniciales), se alcanzaba el fin de una era de garrapatas que parasitaban en el Valencia CF. Meriton, con Lim, LayHoon, Kim Koh y compañía, se hacían con el control del club, siempre de la mano de Amadeo Salvo, El Guerrero, el que nunca abandonó en su idea de liberar la institución de los malvados. A partir de ahí, su imagen quedó para la posteridad. El Florero, como algunos le han querido llamar en modo despectivo, seguía ejerciendo la imagen de líder que representaba a una inmensa parte de la afición que gustosamente nos hemos sentido representados por él. Porque a mí, el "link" de la afición, sí me representaba. Porque mostraba su interés por el beneficio del club, a pesar de ir muchas veces contra corriente, y contra quienes daban por hecho su irreal superioridad contra él. "Miles de murciélagos podrán contra un buitre". Sus enemigos (muchos) tampoco le olvidarán. En el camino quedaron algunos, en las alcantarillas y escondites varios quedaron otros. Siempre al acecho.  

Salvo ha marcado el rumbo, ha señalado a quienes estaban, y querrían estar, para servirse y no servir al Valencia. El máximo accionista debe tener bien claro qué es lo que quiere y necesita la sufrida afición valencianista, y sobretodo a quienes no necesita esta entidad. Después entrará la pelota o no, juez incansable que determinará si el camino será con baches o de rosas hacia la gloria final. Los ansiados títulos llegarán tarde o temprano, posiblemente solo con paciencia alcanzaremos los sueños de la victoria, y no sabría decir para cuándo esta previsto que se cumplan, pero lo que sí tengo claro es que agradezco a quien pensó un día en poner a Amadeo Salvo como Presidente "florero" para un rato, en la poltrona de la que decían nunca querría levantarse, y arengó a una masa adormecida y resignada a la mediocridad, para sanear y salvar al Valencia Club de Fútbol. A mi Valencia. Gracias Amadeo por ser tan guerrero. Sé que volverás. Hasta pronto!

Óscar
@HinchaVCF

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